No se trata de ir por la vida con una sonrisa de oreja a oreja
para demostrar que eres feliz.
Se trata de reír sin darte cuenta.
De soñar despierta y no acordarte después.
De jugar con fuego, de quemarte...
Y aún así reír, porque es lo único que puedes hacer,
esa sonrisa que se convierte en carcajada
en menos de un segundo.
Y más tarde llegará a formar parte de esos
momentos irrepetibles.
que componen tu felicidad.
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