Hay un momento en el que hay que poner fin.
acabar el capítulo o cerrar el libro y empezar de nuevo.
Ningún comienzo es fácil, siempre es complicado dejarlo todo y empezar de cero.
A veces, nos viene bien cambiar de aires,
cambiar y alejarnos de la monotonía o incluso de él.
Él, al que tanto queremos se ha vuelto como una droga, adictivo.
El problema es que esa droga se ha vuelto dañina.
Y es ahí cuando llega el momento de abrir los ojos,
quitar la ceguera, seguir adelante sin él.
Recordar que antes de que él apareciera, había vida,
y que a pesar de todo,
antes de conocerlo era feliz.
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