Nunca debemos rendirnos.
Algo tan simple como un juego de azar puede representar nuestra vida. Una serie de casualidades, de movimientos, puede hacer que lleguemos lejos o que tropecemos siempre con el mismo obstáculo y no avancemos. Siempre habrán personas que querrán impedirnos que lleguemos al final, que consigamos obtener nuestros objetivos, pero nunca, nunca tenemos que rendirnos debemos acabar la partida, mejor dicho, tenemos que ganar.
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